¿Qué implica el conocimiento adquirido en un Máster en Dirección de Arte?
1. Jamás olvidarás que la creación comienza por el concepto
Comienzo con un consejo que sirve tanto para editores como directores de arte. No sirve de nada empezar a trabajar, ya sea en la creación de títulos o elaborando un diseño, sin tenerelconcepto den la mente. Después de leer el briefing, investigar sobre el producto o servicio (nunca acepte la información que un servicio se le pasa como verdad absoluta), entender su naturaleza y funcionamiento, y enfocar sus esfuerzos en el objetivo de esa campaña, debes convertir todo eso en piezas publicitarias. Es decir, en transformar todo aquello de la forma más breve y sorprendente posible.
2. Utilizar con sabiduría y propiedad el gran poder de los colores
Así como en la tipografía, es muy común que el alumno se limite a las opciones de las paletas del software. El ojo humano es capaz de percibir más de 16 millones de tonalidades diferentes. ¿Cómo te puedes limitar a unas pocas decenas de ellas? En lugar de la paleta utilice el selector de color, donde se puede deslizar por entre ellos, para descubrir tonalidades originales y sorprendentes. Está comprobado científicamente: los colores influyen en el estado emocional de las personas de forma directa. Utiliza este poder y los colores para despertar emociones en tu público objetivo. Estudiando la psicodinámica de los colores y hasta la observación de las reacciones desencadenadas por los colores en sí mismos, te darás cuenta de que el color adecuado al mensaje y al público puede garantizar el éxito de tu trabajo.
3. No distorsionarás fuentes o imágenes
Al seleccionar un objeto en un programa de computación gráfica, automáticamente surgen opciones a tu alrededor. Para las fuentes y las imágenes la regla es una sola: amplía o reduce el elemento solamente por las asas de las quinas. Así, tienen sus proporciones respetadas al ser ampliadas o reducidas. Fuentes o imágenes “estiradas” o “planas” son un verdadero certificado de amateurismo y garantizo que, para la mayoría de los directores de la creación, motivo de despido por justa causa.
4. No te limitarás a la fuente default
La tipografía es la personalidad. Elegir la fuente ideal para un título, para un bloque de texto o en el nombre o descripción de un logotipo de una marca es una tarea que requiere sensibilidad, criterio y conciencia de la idea a ser transmitida. Por lo tanto, no te limites, por pereza o comodidad, a las llamadas “fuentes de sistema” (aquellas que ya vienen incorporadas en Windows) como la “Times New Roman”, “Arial” o “Verdana”. O las fuentes “default” – aquellas que los propios programas aplican cuando se escribe un texto (Avant-Garde, en el caso de Corel Draw). Busca y busca nuevas opciones (el Internet está ahí para eso) y haz tu propio “fontfolio”, organizando fuentes nuevas y diferentes en un CD.